Con la llegada de la primavera, Andalucía se transforma. Las calles de sus ciudades y pueblos se engalanan con farolillos, volantes y rebujito; el aire se impregna de sevillanas, risas y aromas irresistibles. Comienzan las ferias andaluzas, fiestas que son mucho más que celebraciones populares: son una expresión viva de la identidad del sur. Y en el corazón líquido de esta tradición, dos vinos reinan con absoluto protagonismo: la Manzanilla y el Fino.
Un ritual anual que mueve millones de copas
Según los últimos datos de 2024 facilitados por el Consejo Regulador de los Vinos de Jerez y Manzanilla de Sanlúcar, se estima que durante la temporada de ferias en Andalucía se consumen más de 14 millones de medias botellas de Manzanilla y Fino, superando cifras prepandemia y consolidando una tendencia al alza. Solo en la Feria de Abril de Sevilla, se registró en 2024 un consumo superior a los 1,7 millones de medias botellas, una cifra que equivale a más del triple de la población residente de la capital hispalense. Un fenómeno social y económico que pone en valor el papel cultural y comercial de estos vinos generosos.
Sevilla abre el telón: El calendario festivo andaluz
La temporada de ferias arranca con una de las más emblemáticas: la Feria de Abril de Sevilla, que este año atrajo a más de 3 millones de visitantes. Durante siete días, el Real de la Feria se convierte en un microcosmos de alegría, tradición y hospitalidad. Las casetas, decoradas con mimo y atendidas con esmero, son el lugar donde el Fino y la Manzanilla fluyen sin cesar, acompañando cada brindis, cada tapa de jamón o queso, y cada paso de sevillanas.
Este consumo no es fruto de la casualidad: tanto la Manzanilla como el Fino son vinos frescos, secos y ligeros, ideales para disfrutar fríos bajo el calor primaveral andaluz. Con una crianza biológica bajo velo de flor, conservan una personalidad única que marida perfectamente con la cocina de feria: desde la tortilla de camarones hasta el pescaíto frito.
Pero Sevilla solo es el principio. Tras Sevilla, la marea festiva avanza por la geografía andaluza: Jerez de la Frontera, con su espectacular Feria del Caballo, donde el vino Fino se consume a ritmo de bulerías. Luego Sanlúcar de Barrameda, cuna de la Manzanilla, celebra en junio su propia feria, donde este vino se convierte en símbolo de orgullo local. Córdoba, Granada, Málaga, Huelva, Algeciras… cada feria añade su matiz, pero en todas ellas el brindis con Fino o Manzanilla es ineludible.
El secreto está en el formato: La media botella, la gran aliada
La media botella (375 ml) se ha convertido en el formato preferido durante las ferias, y no es casualidad. Su tamaño resulta perfecto para conservar el vino a la temperatura adecuada, facilita el servicio en las casetas y favorece un consumo más social y compartido.
Además, es ideal para preparar rebujito —la refrescante combinación de vino, gaseosa y hielo que se ha consolidado como la bebida emblemática de estas celebraciones— gracias a su equilibrio entre cantidad y practicidad.
Este formato no solo es cómodo y accesible, sino que también permite disfrutar del vino en condiciones óptimas: fresco, sin riesgo de oxidación y en una cantidad fácil de compartir. También contribuye a un mayor control del consumo individual y agiliza el servicio en barra, un aspecto fundamental en eventos con alta concurrencia.
Una oportunidad de oro para hostelería y distribución
Para las empresas y profesionales de distribución de bebidas a hostelería, la temporada de ferias andaluzas no solo supone un incremento en el consumo, sino una auténtica oportunidad estratégica.
Incluir Manzanilla y Fino en el portfolio de productos no es solo recomendable, es casi obligatorio. Estos vinos, amparados por su Denominación de Origen, con fuerte arraigo cultural y excelente relación calidad-precio, cuentan con una alta aceptación entre el público. Aunque su consumo se dispara durante las ferias, su potencial comercial se extiende a lo largo de todo el año, convirtiéndolos en una apuesta sólida para quienes buscan diferenciar su oferta.
Las bodegas, por su parte, están respondiendo con agilidad: lanzan ediciones especiales para estas fechas, innovan en formatos y activan campañas promocionales dirigidas tanto al consumidor final como al canal horeca. Esto favorece la integración de estos vinos en cartas de bares, casetas, caterings y eventos, consolidando su presencia más allá del contexto festivo.
En este contexto, contar con una consultoría estratégica puede marcar la diferencia. Desde Advantys, ayudamos a distribuidores y empresas del sector a identificar oportunidades concretas, optimizar sus operaciones y diseñar estrategias eficaces para responder a un mercado en constante evolución. Nuestra asesoría personalizada está pensada para maximizar el rendimiento de esta tendencia y explorar nuevas vías de crecimiento en la industria de las bebidas.