La relación de España con el vino viene de tiempos inmemorables pues nuestro país por sus características orográficas y climatológicas ha sido un campo propicio para plantar y cultivar vides. Desde la época de los romanos hace más de dos mil años, España ha sido uno de los países referentes a nivel mundial junto a Francia e Italia.
Tras el paréntesis provocado por la pandemia del Coronavirus de más de un año, las cifras de consumo de nuestra bebida estrella vuelven a dispararse. Gracias al elevado volumen de ventas ha salido indemne de la crisis y no ha sufrido un gran altibajo económico. Cabe recordar que España lidera el ranking de países con mayor cultivo de vides de forma ecológica. En la actualidad la extensión total de viñedos supera las 950.000 hectáreas.
Cuando la digitalización en este negocio empezaba a despegar el Covid paralizó buena parte de las ventas. El confinamiento y el cierre de los establecimientos hosteleros motivaron una caída en las ventas del 50%.
La consumición de vino en España evoluciona al alza
Tras la caída de 2020 el sector comienza a recuperarse y actualmente las cifras de consumo se acercan a niveles pre pandémicos. Según los datos aportados por la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) en su último informe que contempla hasta julio de 2022, el consumo ha sido de 10,3 millones de hectolitros, lo que supone un crecimiento del 11,9%.
El estudio recuerda que tras alcanzar su pico de crecimiento en el interanual a febrero de 2022 (+20.8% hasta los 10,63 millones de hectolitros), el ritmo se ha suavizado desde entonces. Esta ralentización coincide con una gran crisis internacional derivada del encarecimiento de la energía y el combustible, y con la situación delicada que vive el sector de los transportes. Todo esto ha derivado en una fuerte inflación global que se siente en casi todos los aspectos de la economía española.
El año 2022 comenzó con un buen crecimiento tanto en enero (+10,7%) como en febrero (+21,2%) pero desde entonces se ha registrado una caída en los meses de marzo, mayo y julio, compensada de forma tímida por los ligeros crecimientos en abril y junio. Estos números ponen de manifiesto que las cifras actuales siguen alejadas del máximo alcanzado en el interanual a febrero de 2020, justo antes de la pandemia cuando el consumo de vino en España superó los 11 millones de hectolitros.
¿Tomamos mucho vino en España?
El consumo de vino en España está entre los más altos a nivel mundial. Somos el octavo país en consumo de litros por persona con un total medio de 26,2 litros al año. En cuanto al consumo global, España ocupa la sexta posición, sólo superada por Reino Unido, Alemania, Italia, Francia y Estados Unidos, según datos del informe OIV de abril de 2022.
En cuanto al consumo por comunidades autónomas las de mayor registro son Baleares, Cataluña, Asturias, Galicia y País Vasco, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Por el contrario, las CCAA con menos consumo son Castilla La Mancha, Aragón, Extremadura, Navarra y La Rioja.
Aumenta la toma de vino en hostelería
El consumo de vino en hostelería ha registrado un crecimiento del 39,9% mientras que en alimentación ha descendido un 6% según se desprende de los datos aportados por NielsenQ para el TAM del pasado mes de julio. Y es que la hostelería ha sido uno de los sectores más perjudicados por la pandemia Covid19 y por las posteriores restricciones derivadas de la crisis sanitaria. Sin embargo, el consumo de vino creció a un ritmo excelente durante el confinamiento. Todo indica que las balanzas vuelven a equilibrarse con la llegada de la nueva normalidad.
El estudio también pone de manifiesto que el crecimiento de las ventas de vino en España, sumando la Alimentación y la Hostelería, ha sido mayor en términos de valor (+14,6%) que de volumen (+5,6%). Esto responde a la subida del precio medio de un 8,5% que deja un valor de 4,59 euros por litro, la más alta registrada hasta la fecha.
La inflación que estamos sufriendo durante 2022 ha provocado sin duda esta tendencia alcista de los precios. De hecho, si descontamos a las tasas de variación la evolución interanual de la inflación y calculamos el valor de venta deflactado, la tendencia cambiaría ligeramente. El consumo de vino crecería más en términos de volumen que de valor, con unos precios a la baja tanto en Alimentación como en Hostelería a diferencia de lo analizado en valor nominal.
Crece el consumo de los vinos más caros
El vino con Denominación de Origen Protegida y el vino espumoso aumentaron su valor más del 15% siendo estos los únicos que subieron por encima de la media. En el periodo de junio y julio del presente año los vinos incluidos en los rangos de precios más altos son curiosamente los que mejor se están comportando. Los espumosos por su parte son los únicos que crecen en Alimentación y los que más lo hacen en Hostelería. Los vinos con Denominación de Origen son los segundos que mejor evolución tienen en los dos canales. Cabe destacar que todas las categorías evolucionan mejor en términos de valor que de volumen.