Maestras de la cerveza: el papel de la mujer en la industria cervecera

Distribución a Hostelería
Cerveza y Mujer, feminismo en el sector cervecero.

Tras un papel protagonista de la mujer durante el periodo de la preindustrialización del sector cervecero, era de prever que la vuelta a los orígenes que está suponiendo el crecimiento de las cervezas de elaboración artesana, junto con la modernización del sector y una progresiva (aunque lenta) igualdad en el consumo, suponga también un nuevo relanzamiento del papel de la mujer en el mundo cervecero.

Uno de los mejores indicadores es que en una región de fuerte tradición cervecera como Cataluña la presencia de la mujer en el sector ha aumentado de un 17% en 2017 a un importante 25% en 2019 a la espera de nuevas cifras más recientes. Su presencia comienza a ser importante en producción, control de calidad o marketing, incluyendo algunas de las maestras cerveceras de las principales marcas del país y de muchas de las cervezas artesanales independientes.

La cerveza, una historia en femenino

Desde sus orígenes, el sexo femenino ha estado íntimamente relacionado con la producción de este brebaje tan popular. Ya en en antiguo Egipto o en Mesopotamia eran las sacerdotisas las encargadas de crear este líquido de los dioses. En la cultura vikinga eran igualmente las mujeres nórdicas las responsables de crear esa bebida que se usaba para celebrar todo tipo de fiestas, festines y conquistas. Con el paso de los tiempos la receta fue cambiando y mejorando. Una de las impulsoras del cambio fue otra mujer, la monja Hildegarda de Bingen, que estudió y documentó el uso del lúpulo como conservante natural, expandiendo su uso a lo largo y ancho de la red de monasterios, unificando su receta. Además, durante la expansión americana tuvieron un gran papel en la fundación y creación de diferentes empresas relacionadas con el sector.  Sin embargo, con la llegada de la revolución industrial, la producción en masa y la creación de las grandes fábricas su papel fue poco a poco reduciéndose hasta convertirse en prácticamente la excepción.

Gracias al auge de las pequeñas empresas de cerveza artesanal, a la modernización de las grandes cerveceras y, especialmente, a una creciente igualdad en el consumo de cerveza, el papel de la mujer poco a poco se está revirtiendo, aumentando su importancia dentro del sector.

El consumo de cerveza, prácticamente en paridad

El principal culpable en este cambio es que el mundo cervecero, en ámbitos de consumo, comienza a dejar de verse como un territorio mayoritariamente de hombres. En este sentido, según estudios realizados por varias tiendas online especializadas en cervezas, la compra de este tipo de bebida se ha convertido en algo paritario, aumentando las compras por mujeres de un 41.8% en 2019 a un 47.7% en 2020, algo que se traslada también al sector hostelero (donde se consume un 65% de esta bebida), cuyas cifras en 2021 fueron muy similares a las de la venta online, con un 53% de consumo de hombres frente a un 47% de consumo femenino.

Este cambio de tendencia en el consumo, muy cercana ya de la paridad (aunque popularmente en muchos casos sigue hablándose erróneamente de una bebida de hombres) ha hecho que la mentalidad de las grandes cerveceras, así como la actitud emprendedora de las propias mujeres, hagan que en la actualidad las mujeres vayan adquiriendo cada vez más relevancia dentro del entramado empresarial y profesional del sector y también en su ideario comercial. Las campañas publicitarias y acciones de marketing ya pueden decirse que no entienden de géneros, a la vez que cada vez aumentan más el número de maestras cerveceras y de mujeres en cargos de responsabilidad dentro de las grandes empresas de fabricación y distribución.

Maestras Cerveceras en nuestro país

Además de en cargos de responsabilidad dentro de departamentos como calidad, producción, comercial o marketing, el número de maestras cerveceras ha aumentado tanto en cantidad como en importancia, llegando hasta el punto de que, en la actualidad, algunas de las más importantes marcas de cervezas de nuestro país llevan firmas femeninas en el mantenimiento y creación de nuevos productos.

Lidia Benito, maestra cervecera en Mahou-San Miguel.

Lidia Benito es uno de los ejemplos de mujeres que han crecido respirando y sintiendo el sabor de la cebada en su piel. Su firma la encontramos, por ejemplo, en la Mahou 0’0 Tostada, que revolucionó el mercado de las cervezas sin alcohol. Esta técnico agrícola en Industrias Alimentarias desembarcó en Mahou-San Miguel en 2017 tras afianzar sus conocimientos en Holanda, uno de los países con más tradición cervecera. Actualmente ejerce como Tecnóloga en Desarrollo de Nuevos Productos para una de las grandes cerveceras del país. Según ella misma en una entrevista (leer aquí), su misión en el sector es «ser vanguardistas desde el punto de que cada cerveza tiene su momento del día indicado, existiendo siempre un maridaje perfecto con todo tipo de alimentos y momentos… incluido el dulce».

En la fábrica de Heineken de Sevilla encontramos a otra de las jóvenes promesas del mundo cervecera. Inmaculada Fernández es una de las cabezas visibles de la creación de cerveza Cruzcampo. Inmaculada Fernández, maestra cervecera en Cruzcampo.De larga tradición familiar ligada a la cervecera andaluza, estudió ciencias Químicas con el claro objetivo de abrirse hueco en un mundo cervecero donde, tras 10 años en la planta de producción de Sevilla, la terminaron destinando como maestra cervecera a la fábrica de Jaén para posteriormente volver, 3 años después, como flamante primera mujer maestra cervecera de Cruzcampo. En una entrevista (leer aquí) destaca que gracias al boom cervecero de los últimos años ha podido fabricar «lotes limitados de cervezas muy especiales y diferentes, pudiendo experimentar en las recetas nuevas maltas, diferentes levaduras, diferentes lúpulos aromáticos y procesos que nos dan mucha vida».

Irene Pascual, maestra cervecera en Cruzcampo.También en Heineken encontramos a otra joven mujer, la nueva y flamante responsable de crear y elaborar cervezas artesanas en el nuevo espacio Factoría Cruzcampo (Sevilla). Apasionada del mundo cervecero, Irene Pascual creció profesionalmente en una de las cervezas artesanas más populares de la región, Guadalquibeer, hasta que dio el salto a Heineken para tener el honor de fabricar cervezas con el método tradicional en el mismo lugar donde se elaboró la primera Cruzcampo en 1904. En una reciente entrevista (leer aquí) destacaba que «la respuesta directa de la gente cuando prueba una de mis elaboraciones es sin duda lo que más aprecio de mi trabajo».

Karen Peiró es también una de los principales exponentes de la mujer en el sector, Karen Peiró, maestra cervecera en Damm.ostentando el cargo de maestra cervercera en otro de los fabricantes con mayor tradición de nuestro país: Damm. De fuerte tradición cervecera familiar (su padre y su padrino trabajaban en la fábrica y vivía a escasos metros) recuerda con nostalgia el olor que impregnaba todo el barrio en una entrevista concedida en 2017 (leer aquí). En esta misma entrevista Peiró reconocía que el principal reto de su profesión es mantener siempre exactamente el mismo sabor «porque la cerveza debe saber siempre igual, al contrario que el vino, que mantiene esa tradición de cosecha cambiante cada año«. Entre sus creaciones más destacada se encuentra la «Cerveza de Navidad» de Damm, que parte de la antigua tradición de hacer una cerveza especial para los propios empleados de la fábrica y que cada año es igual, y que con esta nueva creación mantiene esa «diferencia de sabor palpable entre diferentes años y cosechas».

En la zaragozana Ambar también encontramos representación femenina en Ascensión Prieto, responsable de laboratorio de la marca. En sus manos está garantizar la constante calidad del producto y la realización de investigaciones relacionadas con la cerveza.

Boom femenino con la llegada de la cerveza artesana

Gracias al auge de las cervezas de fabricación artesana y la vuelta a los orígenes, la presencia de la mujer en el origen de las marcas y creaciones cerveceras ha dado un vuelco. El principal ejemplo es que España fue pionera en importar en 2013 desde Estados Unidos la Pink Boots Society, una asociación que reúne a mujeres profesionales de todos los ámbitos de la cerveza artesanal.

Un buen ejemplo que encontramos es Cervezas Bailandera, un proyecto nacido en Bustarviejo (Madrid) en el seno de cuatro mujeres emprendedoras que un buen día dejaron sus trabajos para comenzar este proyecto innovador que actualmente produce 40.000 litros anuales y sirven sus propias cervezas en uno de los bares del pueblo.

Pero probablemente el caso más reciente de éxito es Judith Iturbe, una empresaria y maestra cervecera que ha sido premiada con el premio Talenta 2022 convocado por la Federación de Mujeres Rurales por su proyecto La Balluca, la microcervecería artesana más pequeña del territorio español, que se encuentra en Milmarcos, un pueblo de 40 habitantes de la provincia de Guadalajara.

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