Persona jurídica: Qué es, tipos y cómo se regula

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Aprende las nociones básicas sobre la personalidad jurídica que todo emprendedor debe dominar.

  • Muchas empresas se organizan en torno a formas con personalidad jurídica.
  • Cada tipo de persona jurídica tiene sus propias normas. Te las descubrimos todas en este post.

La persona jurídica es un concepto importante para entender los negocios. De hecho, muchos de ellos se organizan a través de una o varias de ellas. Por ello, sus características marcan a menudo la línea de lo que es posible o no.

Por tanto, tener unas nociones básicas sobre la personalidad jurídica es imprescindible para cualquier emprendedor. Te ayuda a poder estudiar tus decisiones más importantes y a comprender los límites del día a día.

¿Qué es una persona jurídica?

En general, una persona es un sujeto capaz de ser titular de derechos y obligaciones. En principio, pudiera parecer que es sinónimo de ser humano. Sin embargo, a lo largo de la historia, no todos han tenido la capacidad de ser titulares de derechos. Por otro lado, existen personas jurídicas con una capacidad para ser sujeto de derechos y obligaciones diferente de la de aquellos que, de un modo u otro, están relacionados con ellas.

Los tipos de personas jurídicas

Una forma ilustrativa que ayuda a entender qué es una persona jurídica y los diferentes tipos que existen es observar su relación con diferentes sectores.

La persona jurídica y los hogares

En un mismo hogar, pueden vivir una colectividad de personas, pero eso no significa que formen una persona jurídica. Por ejemplo, en una familia, cada miembro tiene su propio patrimonio, con sus bienes, derechos y deudas. Eso no quita para que los menores o incapacitados tengan padre, madre o tutor que vele por sus derechos.

No obstante, la convivencia puede estar, en parte, organizada alrededor de una persona jurídica. Por ejemplo, una residencia de personas mayores, de infancia, estudiantes, discapacitados, etcétera puede haber sido promovida por una asociación, una fundación, un organismo público, una sociedad mercantil, etcétera.

En esos casos, la persona jurídica entabla en su propio nombre un conjunto de relaciones tanto con quienes viven en la residencia como con terceros a fin de organizar la convivencia. Por ejemplo, si adquiere bienes, las deudas por la compra serán de la persona jurídica y no de los residentes.

La persona jurídica y las empresas

Hay muchas empresas que se establecen al margen de ningún tipo de personalidad jurídica. Una persona física puede, por sí sola, organizar recursos con la intención de intervenir en el mercado. Incluso, puede interesarse por las actividades de otros empresarios o profesionales sin crear una persona jurídica, a través de figuras como la comunidad de bienes o la cuenta en participación.

Al revés, una sola empresa, puede instrumentarse a través de una pluralidad de personas jurídicas. Eso es común en grupos consolidados en los que una persona física o jurídica mantiene el control de varias filiales dotadas de personalidad jurídica.

En algunos casos, pero no siempre, eso supone que las filiales dotadas de personalidad jurídica gozan de cierto grado de independencia. Entonces, suele ser habitual que sus propios órganos den cuenta a la matriz de sus decisiones.

Un caso diferente es el de las sucursales. Estas entablan relaciones con terceros, en general en un ámbito geográfico distinto, pero lo hacen en nombre de la misma persona física o jurídica.

Por otro lado, en el ámbito empresarial, el tipo de persona jurídica más elegido suele ser el de la sociedad mercantil. No obstante, no significa que haya una plena identificación entre sociedad mercantil y actividad empresarial:

  • Muchas sociedades mercantiles no tienen ningún tipo de actividad.
  • Algunas empresas se organizan a través de otras figuras con personalidad jurídica.

La personalidad jurídica de los estados

Los estados crean diferentes tipos de personas. En algunos casos, son corporaciones que, de un modo u otro, organizan intereses particulares y, en ocasiones, públicos. Entre ellas, encontramos las cámaras de comercio y otras cámaras oficiales, los colegios profesionales, las cofradías de pescadores, etcétera.

Además, es frecuente que los estados creen distintos tipos de organismos institucionales con personalidad jurídica propia como:

  • Organismos autónomos.
  • Agencias estatales.
  • Entidades públicas empresariales.
  • Sociedades mercantiles estatales.
  • Autoridades administrativas independientes.
  • Fundaciones públicas.
  • Consorcios públicos.
  • Otros tipos de organismos especiales.

La personalidad jurídica de entidades sin fin lucrativo

Aunque existen diferentes tipos de entidades no lucrativas, las formas con personalidad jurídica más habituales en torno a las que se organizan son:

  • La asociación de una colectividad de personas físicas o jurídicas para la consecución de un fin.
  • La fundación, mediante la cual se adscribe de modo permanente un patrimonio a la consecución de un fin.

La regulación de las personas jurídicas

Las normas que afectan a las personas jurídicas son tan variadas como los tipos existentes. Incluso, dentro de uno de ellos, hay diferencias de regulación, como lo observamos entre los distintos tipos de sociedad mercantil.

En general, suelen tener en común que declaran sus rentas en el Impuesto sobre Sociedades. Como excepción, las sociedades civiles con personalidad jurídica que no tienen objeto mercantil no lo hacen y atribuyen las rentas a sus socios.

También suelen ser comunes a todas las personas jurídicas, e incluso a las físicas y las entidades sin personalidad, muchas normas civiles. En especial, esto se aplica a gran parte de los preceptos imperativos o prohibitivos del Código Civil y otras leyes civiles.

En muchos otros ámbitos, aparecen singularidades entre los diferentes tipos de persona jurídica. Eso puede tener incidencia en ámbitos como, entre otros:

  • El objeto y los fines que pueden perseguir.
  • La composición y funciones de sus órganos.
  • La formación de la voluntad.
  • Las características que puedan o deban tener sus socios, miembros, asociados o partícipes.
  • La emisión de títulos representativos de la participación, de un modo u otro (en la propiedad, por ejemplo) en la persona jurídica.
  • Las responsabilidades que puedan asumir.
  • Los mecanismos de financiación.
  • Las obligaciones registrales, contables y de auditoría o intervención de cuentas.
  • Las obligaciones formales de carácter fiscal.
  • Los bienes y derechos que puedan integrar parte de su activo.
  • Las normas de contratación.
  • El estatuto jurídico de su personal.

Las personas jurídicas son un instrumento bastante flexible. Entender por qué cada tipo funciona de un modo distinto es clave para poder relacionarse con fluidez en el mundo de los negocios.

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