EL consumo de bebidas está cambiando y se está empezando a notar el cambio de tendencias tanto en el consumo en el hogar como, principalmente, en el consumo en hostelería. Frente a las clásicas bebidas carbonadas que han copado el mercado durante años, las recetas se están volviendo cada vez más complejas y las demandas de los consumidores cada vez son más variadas, obligando tanto a hosteleros como distribuidores a ofrecer un portafolio cada vez más amplio, complejo y variable. Te dejamos seis de las principales tendencias que los estudios de consumo de los últimos tiempos nos han dejado.
Crecimiento de las bebidas «plant-based» y de valor agregado
El mercado lácteo se está viendo sacudida especialmente por el fascinante cambio de mercado de doble filo que está restando ventas a la leche tradicional a la búsqueda de opciones cada vez más segmentadas de alternativas veganas (almendra, arroz, avena…) y de bebidas lácteas de valor agregado o funcionales (con proteína agregada, vitaminas…).
El auge de las bebidas «plant-based» ha dejado de ser una promesa y se ha convertido en una realidad. Las bebidas veganas a base de ingredientes como la avena, las almendras y el coco se han disparado en popularidad. A nivel mundial, se prevé que este mercado se expanda anualmente en un impresionante 14,3 % de 2021 a 2028 (*Según un análisis de Grand View Research). Este mercado vegano se está potenciando por dos vías al alza. Por un lado encontramos un público, normalmente joven y aventurero, que incluye este tipo de bebidas veganas en su dieta por convencimiento de tipo moral y saludable, a la búsqueda de opciones más sostenibles para el planeta y para su propio cuerpo. Por otro lado vemos un crecimiento sostenido del número de personas intolerantes a la lactosa que aprovechan para variar su dieta con la inserción de este tipo de bebidas.
Tras años en los que todo lo relacionado con las bebidas vegetales estaba relacionado primero con la soja y luego con la almendra o la avena, en la actualidad las opciones son prácticamente infinitas. Opciones como el cáñamo, el guisante o la patata comienzan ahora a florecer, aunque todavía no ampliamente extendidas, mientras que el mercado comienza a mirar también hacia las bebidas híbridas como las bebidas de almendra y soja, u otras variedades similares.
Si las bebidas vegetales atacan por un lado, el mercado de las bebidas lácteas buscan también ofrecer versiones alternativas de los productos lácteos para unos clientes cada vez más exigentes. Es el caso de las bebidas enriquecidas con proteínas, vitaminas o minerales, que cada vez se ofrecen con más formatos y alternativas para clientes que o bien buscan bebidas funcionales relacionadas con el desarrollo deportivo, o bien buscan opciones saludables para paliar ciertos déficits nutricionales.
El café y la cola, condenados a entenderse
Teniendo como base el mercado norteamericano observamos que, pese a la disminución de las cifras de venta del refresco tradicional, un segmento en crecimiento es el de el café listo para beber, tanto en hostelería como especialmente en las máquinas de vending y supermercados. La percepción general de este tipo de bebidas es que son una alternativa más saludable a las bebidas energéticas y a los refrescos carbonatados con cafeína. Ahora parece haber llegado el momento de que las alternativas lleguen para mezclar los refrescos de cola con las opciones a base de café, con los dos grandes actores del mercado (Coca-Cola y Pepsi) lanzando nuevos productos que combinan el refrescante sabor de las bebidas de cola con el sabor del café y un contenido de cafeína cercano a los 65 o 70mg como estimulante. Esta tendencia, que apenas ha comenzado en un mercado clave como EE.UU. (aunque comenzó en 2018 en Japón), es una señal inequívoca de una tendencia que pronto llegará a Europa.
Nuevos ingredientes funcionales para la gestión de la energía y la salud
Las bebidas han encontrado un nuevo nicho de mercado más allá de la propia función de hidratar o refrescar. Se trata de lo que se denomina «gestión de la energía», ya sea para mejorar el rendimiento ante un ritmo de vida acelerado como para frenarlo. Si bien para la primera de las opciones el éxito de las bebidas a base de cafeína, las bebidas energéticas o la reciente incursión en las bebidas que aúnan cola y café pueden ayudar, la nueva filosofía de vida hacia lo que se conoce como «slow life» hace que cada vez más los establecimientos y los fabricantes busquen más un tipo de bebidas con ingredientes funcionales que ayuden a ralentizar el ritmo de vida. Cada vez son más las bebidas (especialmente aguas) que incorporan ingredientes funcionales que ayudan en este aspecto tales como la L-Teanina o el Magnesio. Un ejemplo es la creación de Pepsi Driftwell, con 200mg de L-Teanina.
Igualmente, en la búsqueda de mejorar la salud el crecimiento de bebidas refrescantes que añaden ingredientes funcionales dirigidos a fortalecer el sistema inmunológico con opciones refrescantes (normalmente en bebidas energéticas) que incluyen probióticos, vitaminas, aminoácidos, etc, cuyo consumo está aumentando más allá del consumo en el hogar y en establecimientos especializados (máquinas de vending en gimnasios y centros deportivos) en espacios hosteleros que venden el cuidado de la salud como un valor añadido.
Un futuro cada vez más lejos del azúcar
Quizás el cambio más dramático en los últimos años en el sector de las bebidas refrescantes es el creciente número de países que imponen un impuesto o gravamen sobre el azúcar. En el Reino Unido, por ejemplo, el gobierno implementó el impuesto de la industria de refrescos en abril de 2018, que aumentaba el gravamen sobre los refrescos que contienen más de 5 g de azúcar por 100 ml. Igualmente, un estudio sobre hábitos de consumo en supermercados del Reino Unido mostró que el porcentaje de refrescos disponibles que contenían más de 5 g de azúcar por 100 ml se redujo del 49 % en septiembre de 2015 a un drástico 15 % en febrero de 2019, demostrando que la aplicación de estos impuestos junto con una mayor concienciación sobre el consumo de azúcar y sus efectos sobre la salud comienza a hacer efecto.
La tendencia actual de consumo invita a los hosteleros y fabricantes a ofrecer cada vez más opciones de variedades zero azúcar o con contenidos reducidos de azúcar que satisfagan estas nuevas necesidades del consumidor a la vez que esquivan los nuevos impuestos.
Ácido, el nuevo sabor de moda
Como reacción contra los sabores dulces y el azúcar ha nacido una nueva tendencia: el Ácido como nuevo sabor de moda. La fuerte entrada de la kombucha tanto en el mercado comercial como en el hostelero hace que cada vez más personas opten por esta bebida ácida con un ligero toque afrutado como alternativa a las clásicas bebidas azucaradas y carbonatadas. Se ha convertido en una situación muy habitual que tanto adultos como jóvenes opten por esta nueva alternativa que ha saltado en poco tiempo de la producción prácticamente artesanal a los canales de fabricación, comerciales y de distribución más habituales. Esta creciente moda ha provocado incluso que en el tradicional sector de las bebidas refrescantes prueben cada vez más por añadir sabores originales marcados por esta tendencia al ácido.
Combinación de sabores y originalidad como forma de innovación
Un mercado cada vez más segmentado obliga a los fabricantes, distribuidores y hosteleros a innovar cada vez más en el portafolio de productos que ofrecer a los consumidores. En este sentido cada vez es más común optar por combinaciones «extravagantes» de sabores que incluyen temáticas naturales y nombres botánicos que buscan ofrecer originalidad tanto en materia de marketing como en sabores. La mayoría de estas apuestas terminan en nada tras cortos periodos de prueba entre diferentes sectores de clientes, pero el marketing de los distribuidores y de los fabricantes cada vez está más dirigido a ofrecer la experiencia de descubrir nuevos sabores como parte imprescindible de la experiencia con el consumidor.