Los precios de transparencia o transferencia se basan en normativa de la OCDE en la lucha contra el fraude fiscal.
- Estos precios afectan a cualquier empresa, independientemente de su tamaño.
- Se trata de perseguir operaciones vinculadas que puedan estar alteradas, con el objetivo de manipular el resultado fiscal de las empresas.
Los precios de transparencia son una medida de prevención para evitar el fraude fiscal. El precio de transparencia (o precio de transferencia) sería el precio real de mercado de un determinado bien o servicio. Se trata de un estándar para detectar transacciones manipuladas con ciertos intereses, como alterar la libre competencia o pagar menos impuestos.
Los precios de transparencia parten de la normativa de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que tiene el objetivo de velar para que las transacciones entre corporaciones de diferentes países se ajusten a la realidad del mercado en el que tienen lugar.
¿Por qué es necesario un precio de transparencia o de transferencia?
Imaginemos dos empresas que pertenecen a un mismo grupo empresarial. La empresa A vende varias materias primas para la realización de un producto a un precio excesivamente bajo a la empresa B. ¿Por qué iban a hacer esto?
Porque de este modo la empresa A pagará menos impuestos, al haber comercializado a un precio menor del real. Cuestión que rebajará la base imponible a aplicar a los beneficios en el Impuesto de Sociedades (IS).
Por su lado, la empresa B podrá comercializar su producto con un mayor margen de beneficio, lo que también podría adulterar la igualdad de competencia que se presupone debe existir en los mercados.
Los precios de transparencia están, precisamente, para evitar este tipo de actuaciones. Sirven por tanto para establecer un valor para el bien comercializado acorde con su coste real en el mercado.
Tratan de evitar, por tanto, este tipo de manipulaciones, que son perseguidas principalmente por la Agencia Tributaria, pues supone una menor recaudación de impuestos, al haber aminorado artificialmente las ventas. Lo que acarrea una menor recaudación por el mencionado IS, y también en el IVA).
¿Cómo se fijan los precios de transparencia?
Existen diferentes métodos para fijar los precios de transferencia. El primero de ellos es tomar como referencia transacciones de un bien o servicio, que hayan tenido lugar recientemente entre otras empresas y dentro de ese mismo mercado.
Otra fórmula es comprobar otras ventas o compras que las propias empresas implicadas han realizado a otras compañías que pertenecen a su entorno. De este modo, se puede detectar también de forma sencilla si se han adulterado en algún momento las transacciones entre ciertas corporaciones con intereses comunes o que pertenezcan a un mismo grupo empresarial.
Las dos anteriores pueden analizarse tanto desde el punto de vista del precio final de compra/venta, como desde el margen obtenido. Es decir, también se podría determinar una alteración de los precios de transparencia cuando el margen de venta (y no el precio) de un bien o servicio sea anormal con respecto al margen obtenido con operaciones similares con otras empresas no implicadas.
¿Quién tiene que fijar los precios de transferencia?
Son las propias empresas vinculadas que realizan operaciones entre sí las que deben contar con Declaraciones de precios de transparencia o transferencia. Se trata de una presentación de datos informativa bajo las pautas anteriormente comentadas, que deberán presentar a Hacienda.
El objetivo es demostrar que sus operaciones entran dentro de las reglas de libre mercado, y no están adulteradas con propósitos de fraude.
En concreto, deberán presentarlo aquellas empresas vinculadas que realicen un conjunto total de operaciones en el año fiscal por encima de los 250.000 euros. También en el caso de que una única operación supere los 100.000 euros.
En definitiva, nos encontramos frente a una herramienta que trata de evitar el fraude fiscal en grandes organizaciones empresariales. Podría ser una técnica muy útil para desviar fondos a sociedades que pudieran encontrarse en paraísos fiscales, por ejemplo. En definitiva, evitan que las empresas puedan buscar una mejor tributación estableciendo precios irreales en transacciones.
Artículo extraído de Sage Advice, escrito por Jose Antonio Calvo, periodista con 20 años de experiencia y experto en gestión empresarial, pymes y autónomos.