Arrastradas por el impacto de la pandemia en la hostelería, las empresas que distribuyen alimentos y bebidas a bares y restaurantes comparten los objetivos de digitalización e innovación tecnológica para salir a flote de la crisis. La distribución al horeca (hostelería, restauración y cafeterías) ha sido uno de los sectores afectados por el cierre de 85.000 establecimientos hosteleros, además de haber tenido una caída general del 20 % en la facturación de los locales en 2020.
Apuesta por la Omnicanalidad: Transformación Digital y Resiliencia en el Sector de la Distribución tras la Crisis
Tras esta gran crisis y con el objetivo de reflotar su economía, estas empresas se han decidido por actuar, para ello se ha realizado como nunca antes una gran apuesta por la “omnicanalidad”, esto es, acercar a los clientes distintas maneras de hacer la compra según sus necesidades en cada momento: así se puede desde acudir a las tiendas físicas hasta encargar por internet, por teléfono o a través de la aplicación, recoger los pedidos en un punto fijo o esperar al reparto.
En pocas palabras, se ha tratado de reforzar el acompañamiento de los clientes mediante la transformación digital, aparte de los esfuerzos por digitalizar la propia distribución en un contexto en el que el sector horeca les pide sobre todo “rentabilidad”.
La Federación Española de Empresas de Distribución a Hostelería y Restauración (Fedishoreca), que representa a más de 600 empresas, calcula que las caídas en las ventas han sido superiores al 40 % en 2020 y a principios de 2021. El director general de la patronal, José Manuel Fernández, ve con optimismo que la situación se vaya normalizando, pese a reconocer que la incertidumbre seguirá por más tiempo.
La distribución se verá reforzada cuando terminen del todo las restricciones y el miedo generalizado a hacer vida normal. Sin embargo, siempre se dice que «no hay mal que por bien no venga» y estos tiempos de pandemia pueden servir para dar el giro de 180 grados que siempre ha necesitado la gestión de tu negocio gracias a la tecnología. Para ello, una implementación de ERP puede transformar cualquier organización en una versión más productiva, optimizada y rentable de sí misma al agilizar y mejorar las operaciones, la comunicación y la inteligencia empresarial desde el almacén hasta la gestión de la cadena de suministro o la contabilidad.
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